Pablo González Vera
Director de Federación Nacional de Trabajadores Municipales de Chile (FENTRAMUCH)
Dirigente Sindical Asociación N°1 Trabajadores Municipales de Huechuraba
Durante los últimos años, desde diversos sectores, tanto políticos como de organizaciones sindicales, y sociales, se han estado planteando una serie de propuestas respecto a nuestro precario modelo previsional. Los que en este tiempo de pandemia están siendo más recurrente.
Temas relacionados con la posibilidad de que los trabajadores al momento de jubilar retiremos de manera directa un porcentaje de nuestros fondos previsionales. Que, en estos tiempos de crisis sanitaria, se traspase un porcentaje de estos fondos para hacer frente a la cesantía, al aumento especulativo de los precios de los alimentos de primera necesidad, son algunos de los temas que se debaten. En este sentido algunos hablan de montos que van entre un millón y cuatro millones de pesos. Esto bajo el concepto de endeudamiento interno. Es decir, el Estado entrega a modo de bono parte de estos fondos, y se compromete a restituir esos fondos posteriormente, para que de esta manera no afecte los montos de su jubilación posterior.
Lo más novedosos en este sentido, ha sido la propuesta, respecto a derogar el Art.3500; que creo las afps. Lo novedoso es que la comisión de Constitución del Senado dio un paso importante en este sentido, ya que se abrió a la discusión sobre el fin del actual sistema de ahorro individual. Con seguridad que tanto empresas como los directorios de las afps, recurrirán a sus influencias políticas y gubernamentales, para que esta discusión en el senado no sea más que una bravuconada parlamentaria; que busca la reelección.
Pero, porque es un buen negocio para las afps, y los grupos económicos, la mantención del actual modelo previsional. ¿Cuál es el mayor obstáculo para no terminar con el sistema?
Con la dictación primero del Decreto Ley 3.500 de fecha 13 de noviembre de 1980, que creo un Sistema de Pensiones de Vejez, de Invalidez y Sobrevivencia derivado de la capitalización individual, se inició un proceso de transferencias obligatorias, desde los ahorros de los trabajadores, tanto al sistema financiero, bancario, empresarial y estatal. Esta nueva forma de administrar los ahorros previsionales de los trabajadores, permito entregar a entidades privadas con fines de lucro, denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), creadas por el Decreto Ley 3.50 de fecha 4 de noviembre de 1980, la gestión del ahorro previsional, que ahora pasaría a ser de forma individual. Este nuevo modelo previsional dejo afuera el aporte de los empleadores; como si lo hacían en el sistema de reparto existente hasta noviembre de 1980. Aquí se introduce un elemento que tiene directa relación con el hecho de que la nueva orientación económica y política, también estaba dirigida al comportamiento social y de cómo las personas enfrentan las situaciones de injusticia social, problemáticas laborales, educacionales, comunitarias etc., etc. Lo colectivo dejo de ser en esta nueva estructura del país, un vago recuerdo imposibilitado de una nueva articulación. Lo que importaba era establecer en las futuras generaciones el sello del individualismo, en todas las esferas del quehacer humano.
El nuevo modelo de pensiones, establecía la promesa de financiar hasta un 80% de la última renta del trabajador, luego de haber cotizado 40 años y bajo un esquema de rentabilidad de, a lo menos, 5%. Transcurridos estos 40 años del modelo de capitalización individual, Chile y sus trabajadores experimentan una grave crisis previsional.
Algunos antecedentes de esta crisis
En el mes de abril, la Fundación Sol público un informe con datos a febrero 2020, los que resultan concluyentes. Entre 2009 y 2019, las AFPs y las Compañías de Seguro asociadas a ellas mismas, duplicaron el número de pensiones pagadas, con más de 1,4 millones de pensiones en todas sus modalidades. Es importante señalar, que este modelo previsional, ya tiene la primera generación que ha cotizado íntegramente bajo la lógica de las cuentas individuales.
A diciembre de 2019, el 50% de las 985 mil personas jubiladas que recibieron una pensión de vejez obtuvieron menos de $202 mil ($145 mil si no se incluyera el Aporte Previsional Solidario del Estado). Incluso, en el tramo de aquellas personas que cotizaron entre 30 y 35 años, el 50% recibió una pensión menor a $310.560.
Pero la realidad de la situación que enfrentan los nuevos pensionados es aún más crítica. El 50% de las 127 mil personas que se pensionaron durante el año 2019, a través de su ahorro y la rentabilidad conseguida por las AFP, sólo lograron autofinanciar una pensión menor a $49 mil, y el 50% de las personas que cotizaron entre 30 y 35 años en su vida laboral, pudieron autofinanciar una pensión menor a $234 mil, lo que equivale a 73% del Salario Mínimo”.
Respecto a la tasa de reemplazo, para las personas que se jubilaron durante la última década es de un 20% sin subsidios del Estado, es decir, el 50% de los pensionados obtienen menos del 20% de su último salario, la cual sube a 40% con el Aporte Previsional Solidario, situándose muy lejos de la promesa inicial que proyectaba tasas de reemplazo (sin subsidios del Estado) entre 70% y 80%. (1)
¿Dónde se invierten los Fondos de Pensiones en Chile?
Luksic, Said, Saieh, Yarur, Matte y Solari son los grupos económicos que, a través de diferentes empresas de su propiedad, reciben las mayores inversiones desde los fondos de pensiones que administran las AFP, y cuyo monto alcanzó a febrero de este año a los US$195.130 millones, equivalente al 80,7% del PIB chileno.
De acuerdo a los antecedentes proporcionados por el estudio de la Fundación Sol, el Grupo Luksic es el que recibe la mayor inversión desde los fondos de pensiones, el cual, a través de ocho empresas, percibe US$7.877 millones. En segundo lugar, se encuentra el Grupo Said, el cual recibe US$6.483 millones de dólares desde los fondos previsionales.
Luego, en la tercera posición, encuentra el Grupo Saieh con US$5.509 millones de dólares, seguido por el Grupo Yarur con inversiones por más de US$5.300, el Grupo Matte que recibe US$4.731 millones y el Grupo Solari con inversiones de US$2.774 millones. (2) En relación a la inversión internacional, desde los fondos de pensiones, China y Estados Unidos, son los que reciben la mayor parte de la inversión, y que se encuentran en tensión económica y política, situación que afecta directamente a nuestros fondos de pensiones.
No cabe dudad que este modelo previsional; que no es lo mismo que un sistema previsional, dentro de una estructura de seguridad social, a dejado en estos años; a dos grandes ganadores, y un gran perdedor. Por un lado, las AFP, que en el año 2019 aumentaron sus utilidades en un 59% respecto al 2018 y, por otro, los grandes grupos económicos que ya señalamos que operan en Chile, los cuales reciben financiamiento fresco desde nuestros fondos previsionales. En esta estructura previsional; los trabajadores somos los grandes perdedores, que, en cada crisis económica y ahora sanitaria, vemos como nuestros fondos sufren las graves fluctuaciones del sistema financiero mundial, y que, al momento de jubilar, nuestros ingresos se reducen como ya lo hemos señalado, en un 60 y hasta un 80%, dejándonos en la más absoluta precariedad.
Pero lo que resulta paradójico y a la vez, puede provocar frustraciones, es el hecho que son los trabajadores quienes financiamos con nuestras cotizaciones; a los bancos pertenecientes a estos grupos económicos y multinacionales, los cuales pagan tasas de interés cercanas al 2% anual. Al mismo tiempo, los mismos trabajadores; al momento de solicitar un crédito de consumo a estos bancos deben pagar tasas de interés anuales que pueden superar el 20%, 30% e incluso el 40%.
Análisis por tipo de institución
Respecto a los montos invertidos por las AFP según institución, las Instituciones Financieras son las que lideran la lista; con un 38.4%. Seguidas de las Instituciones Estatales con un 34.3 %. Empresas con un 23.2 %, y finalmente Fondos de Inversión, Mutuos y Capital de Riesgo (F.I.M.C.R) con un 4.1% (3)
Por lo ya señalado, el modelo previsional es un negocio muy rentable para las Administradoras de nuestros Fondos Previsionales. Para los grupos económicos y sus empresas, en donde mes a mes, los trabajadores proporcionamos dinero fresco para el desarrollo de este lucrativo negocio. Este es un diseño económico disfrazado de previsional, construido para generar utilidades para quienes utilizan nuestros fondos. Todo es legal dirá alguien. Claro que lo es, todas estas transferencias financieras son legales porque una institucionalidad política y económica así lo permite.
La estructura financiera interna de nuestra economía, sustentada por los fondos previsionales, hace que el modelo previsional sea un buen negocio para la banca y los grupos económico. Y por supuesto para las mismas afps, que en el 2019 obtuvieron utilidades de US$649 millones, según reportó la industria a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Esto significa un alza de 60% respecto al año 2018.
La AFP que más ganó en 2019, fue Hábitat, pues logró un resultado de US$182 millones, lo que implica un incremento de 49% en comparación a igual periodo del año anterior. En el segundo lugar entre las administradoras con más ganancias se ubicó Próvida con US$157 millones (alza de 63%), en el tercer puesto se situó Capital con US$117 millones (55%), luego Cuprum con US$94 millones (52%), y más atrás Modelo con US$63 millones (67%). Resulta más que evidente, para quien el negocio de este modelo previsional, es más ventajoso. Para los trabajadores; no lo es.
¿Cuál es el debate que debemos tener los trabajadores al respecto?
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de retirar la totalidad de nuestros fondos al momento de jubilar? ¿Cuáles son los pro y contra de retirar parte de los fondos para enfrentar la crisis? ¿Quiénes podrían acceder a este retiro? Estas y otras preguntas son las que debemos respondernos. Y este es el debate de fondo que debemos dar los trabajadores.
Pero pareciera que toda la discusión sobre el tema estuviera centrada; o se quiere que este circunscrita a si es pertinente, necesario, legitimo, o si es un derecho, que los trabajadores retiramos o no una parte de nuestros Fondos Previsionales al momento de jubilar. Que en estos tiempos de pandemia se permita retirar un porcentaje de estos fondos para enfrentar la crisis económica en desarrollo y que continuaremos enfrentando el próximo año.
¿Pero es este el debate que debemos estar dando los trabajadores? ¿El debate no debiera ser, cual es el sistema de seguridad social que nuestra sociedad requiere, que los trabajadores necesitamos, en el marco de una nueva estructura de desarrollo social, económico y político, única forma de corregir las desviaciones de un modelo económico que ha permitido que los trabajadores tengamos un modelo de previsión que precariza el futuro, que precariza la vejez? Este debate necesariamente debe ser un debate político, una reflexión más allá de la urgencias económicas y emocionales del actual momento que vive nuestro país.
Bibliografía
- Fundación Sol ¿AFP para quién? Donde se invierten los Fondos de Pensiones en Chile
- Fundación Sol. Distintos estudios
- Diario Concepción